Mi querida lectora:
Prepara la cuenta regresiva, porque ya se acerca una de las épocas más especiales y alegres del año: la Navidad. ¡Qué emoción!, podría jurar que en el ambiente ya se percibe el delicioso aroma a manzana, galletas y canela tan característico de este mes… ¿puedes olerlo tú también? Así que ya sabes, a desempolvar los adornos, preparar las guirnaldas y colgar las esferas con las que vamos a despedir este año y dar la bienvenida a un nuevo ciclo.
Pero antes de que te emociones y saques del armario ese peluche de “Rodolfo el Reno” que tanto te encanta, déjame contarte que para que esta fórmula tenga éxito, nos hace falta preparar el detalle más importante de todos… los regalos de Navidad. Aunque en esta ocasión no me refiero a las cajas de diferentes tamaños que solemos envolver con papel brillante y listones decorados, sino de un detalle mucho más valioso y que tristemente dejamos de lado en esta época… el valor de la gratitud.
El secreto de la felicidad:
La gratitud va más allá del “por favor” y “gracias” que decimos todos los días por costumbre, se trata de tomar un tiempo de nuestro día para hacer conciencia del valor que tiene en nuestra vida esa persona, esa actividad, ese evento o ese objeto con el que convivimos a diario.
Gratitud es sentir el amor de tu pareja cuando te deja preparado el desayuno por la mañana, sabiendo que se despertó aún más temprano de lo usual para asegurarse que tú disfrutaras de la sorpresa. Es la calidez del abrazo espontáneo que te da tu mejor amiga, sin ninguna otra razón aparte de hacerte saber lo mucho que significas para ella. Es dar un paseo por el parque mientras observas los colores del atardecer y te das cuenta de todas las bendiciones que tienes en tu vida...
El filósofo Lao-Tse, solía describir este valor como “la memoria del corazón” y, después de haber leído los ejemplos anteriores, no es difícil imaginar porqué. La gratitud es capaz de llenarte el pecho de mariposas y hacerte sentir un amor tan grande, que por un momento podrías jurar que tú brillas más fuerte que cualquier arbolito de Navidad en el mundo… su poder simplemente es incalculable.
Si la felicidad fuera una puerta, la gratitud sería la llave; la clave para disfrutar de una vida plena y con esa armonía que tanto soñamos.
¿Por qué entonces nos olvidamos de ella en una época donde sería lógico encontrarla en cada esquina? Bueno, la respuesta es bastante simple: nos enfocamos tanto en diseñar “la Navidad perfecta” que olvidamos su verdadero significado. Parece que las luces de colores, aparte de decorar nuestras casas, también pueden nublar nuestra vista y evitar que veamos lo que realmente es importante.
Pero, ¡no te preocupes!, no todo está perdido. Esta época aún está iniciando y todavía tenemos muchas oportunidades para disfrutar del “verdadero” espíritu navideño. Te invito a que esta Navidad intentes algo distinto:
Anímate a dejar de envolver cajas de regalos, para comenzar a envolver a tus amigos con abrazos.
Descubre que, para iluminar cada rincón de tu hogar, no necesitas comprar decenas de luces de colores… lo único que necesitas es el poder de tu sonrisa.
Recuerda que el mejor postre para tu cena Navideña, no se trata de ningún platillo, sino de la compañía de la gente que más amas en el mundo.
El tarro de la gratitud:
Pero no pensarás que después de hablar tanto de regalos, me olvidaría de preparar el tuyo, ¿verdad? Mi deseo para ti es que el año que viene te traiga muchas buenas sorpresas, momentos y experiencias realmente inolvidables y, para que no olvides ni un segundo de ellos, hoy me quiero despedir de ti con una idea para que los guardes muy bien y los puedas disfrutar como tu regalo del próximo año.
Lo único que necesitas es un tarro vacío de tu despensa, unos cuantos pedazos de papel y una pluma de tu color preferido.
Empezando el próximo año, te invito a colocar el tarro en la sala de tu casa o en un lugar que te permita siempre tenerlo a la vista. Cada vez que te invada la sensación de gratitud en tu día, anota lo que sucedió en uno de los pedazos de papel y arrójalo al tarro. Al final del año, tendrás un recipiente repleto de buenos momentos que se convertirán en el mejor regalo para celebrar esta época.
Lo mejor de todo, es que tu familia y amigos… ¡también podrán participar! Cada vez que visiten tu hogar, platícales del significado del recipiente, estoy segura que pronto necesitarás más de un tarro para guardar todos estos tesoros.
Me despido de ti con un abrazo fuerte y sincero, fue todo un honor haberte acompañado en este año juntas y te espero en el siguiente para continuar con nuestras grandes aventuras.
Con todo mi cariño,
FloreSer
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