Querida lectora,
Primero que nada, quiero que juntas le demos la bienvenida a este nuevo año que aparece frente a nosotras, te invito a tomarte un tiempo conmigo para reflexionar sobre lo que “un nuevo año” significa para ti.
Te cuento que el día 31 de diciembre decidí dar un paseo después de comer para aclarar mis pensamientos, despedirme del año y estar preparada para recibir uno nuevo. Era una tarde maravillosa, salí con un suéter ligero decidida a recorrer las calles de la cálida ciudad. Me encontré con una tarde tranquila y se podía sentir una atmósfera especial, había nostalgia y esperanza, agradecimiento e ilusión. Inmediatamente, mi mente comenzó a viajar en un mundo infinito de pensamientos y reflexiones. Todos los edificios, casas, árboles, personas y coches parecían igual, pero ¿por qué podía sentir algo diferente? De repente, vi caer de un árbol una hoja anaranjada que viajaba libre por el aire, fue entonces que me di cuenta del fin de ciclo que estábamos viviendo. Encontré una ley básica de la vida: Todo se encuentra en continuo movimiento y estamos rodeados de ciclos grandes y pequeños: desde los ciclos de respiraciones de los que pocas veces estamos conscientes, hasta los ciclos de años en donde la tierra termina de dar una vuelta completa al sol. ¡He ahí la importancia de celebrar un año nuevo! ¡Encontré que es un reflejo de la vida misma!
Todo esto me llevó a reflexionar sobre la forma en que me gustaría vivir mi 2019. Admito que, generalmente, escribía mis propósitos en una hoja y después de una o dos semanas de regresar a trabajar, olvidaba la ilusión que me había dado escribirlos porque me tenía que enfrentar con grandes esfuerzos y dificultades en el camino. ¿Alguna vez te ha pasado?
Encontré que esto ocurría porque los propósitos se basaban en motivadores y comportamientos del exterior. Me ponía exigencias altas que generaban culpas posteriores. Es por esto, que decidí cambiar mis propósitos de este año y voltear la mirada hacia mi interior. Para explicarme mejor, quiero que te imagines la siguiente escena:
Estás en tu casa, tienes las llaves de tu coche en la mano y, de repente, las luces se apagan porque hubo una falla en la ciudad. No puedes ver nada. Tratas de buscar las llaves, pero no las logras encontrar y te das cuenta que, con esa oscuridad, será imposible hacerlo. Observas entonces que las luces de la calle sí están prendidas y se te ocurre una idea: “Mejor iré al exterior donde hay luz para poder buscar mis llaves” …. Estás afuera buscando las llaves cuando un vecino se te acerca y pregunta: “¿qué estás haciendo?”, “trato de buscar mis llaves”, le respondes. Tu vecino, amablemente, te ofrece ayuda. Los dos comienzan a buscar y después de un rato, te pregunta: “¿dónde se te cayeron las llaves?”, “Pues, se me cayeron en la casa”… y tu vecino asombrado te pregunta: “¿Me estás diciendo que se te cayeron las llaves dentro de la casa y las estás buscando en la calle?, no tiene sentido”… y le dices: “pues en realidad lo que no tiene sentido es estar dando vueltas dentro de la casa buscando las llaves en la oscuridad cuando aquí hay luz”.
Ok, lo reconozco, esta historia es un poco absurda y parece ilógica, pero, ¿cuántas veces no hacemos eso en nuestras vidas cuando tenemos un problema o una dificultad?... Tratamos de buscar respuestas en el exterior, cuando, en realidad, éstas se encuentran en nuestro interior.
Pues bien, con esto en mente y habiendo encontrando esta gran lección de vida, podemos enfocar nuestros propósitos de este año a nuestro interior, de manera que realmente logremos TRANSFORMAR nuestra realidad.
A continuación, te propongo 3 propósitos que, si los conviertes en hábitos, te llevarán a crear una realidad diferente partiendo desde tu interior. No te propongo más de 3 ya que es importante avanzar poco a poco para no frustrarnos en el camino y terminar por abandonarlos. Incluso, puedes elegir 1 de los 3 propósitos y, cuando consideres que lo has mantenido por suficiente tiempo, podrás agregar uno nuevo. Por otro lado, cada hábito que te propongo no te llevará más de 10 minutos diarios y esa pequeña inversión de tiempo puede impactar de forma muy positiva y profunda en tu vida, ¿estás lista para comenzar?
Propósito #1: 10 minutos de escritura reflexiva:
¿Has escuchado que el ser humano es un ser bio-psico-social-espiritual?... ¿bio qué?... Suena un poco complicado, pero lo único que nos dice es que tenemos diversas dimensiones: Física, psicológica, social y espiritual. Cada una de ellas tiene sus propias necesidades… la más sencilla de comprender es la dimensión física: Necesitamos de alimento, sueño, higiene, ejercicio, etc., para poder mantener a nuestro cuerpo saludable y en buen funcionamiento. Asimismo, las otras tres dimensiones también necesitan de su cuidado, el problema es que, en ocasiones, lo dejamos de lado. El hábito o propósito de escritura reflexiva te ayudará a cuidar tus dimensiones psicológica y espiritual. Veamos cómo funciona:
1. Destina un cuaderno especialmente a tus reflexiones escritas (puedes usar uno que tengas en tu casa o comprar uno nuevo, lo importante es que sea únicamente para este propósito).
2. Elige en qué momento de tu día te puedes dar 10 minutos para sentarte en un lugar tranquilo y sin distracciones (las menos posibles) para hacer este ejercicio.
3. Cuando llegue el momento que elegiste para hacer tu reflexión, colócate en una posición cómoda para escribir. Lo primero que harás será poner la fecha del día en que te encuentras.
4. Posteriormente puedes elegir alguna reflexión por hacer:
Escribir un agradecimiento: puede ser a una persona, de una situación o de una experiencia que hayas tenido; trata de escribirla con el mayor detalle posible para que regresen a ti los sentimientos que experimentaste en aquel momento.
Leer una frase de un libro o de internet y reflexionar sobre ella, ¿qué te dice en este momento?, ¿qué lección puedes sacar de ella?, ¿cómo la puedes aplicar a tu vida?
Si tienes alguna dificultad o preocupación en mente, puedes ponerla en tu diario de reflexión, expresar tus sentimientos y pensamientos, poner posibles soluciones u opciones que puedes ir encontrando (sin la necesidad específica de darle una solución inmediata).
5. Cuando termines de escribir tu reflexión del día, puedes tomar una respiración profunda y agradecerte por el tiempo que te has dado a ti misma.
Propósito #2: 10 minutos de meditación
Hoy en día se ha puesto muy de moda esta práctica y en ocasiones, puede parecer abrumante, ¿no crees? A veces parece ser algo aburrido, desesperante, inquietante… ¡a mí también me ha pasado! Sin embargo, investigando más sobre el tema, encontré las sabias palabras de un monje budista (Mingyur Rinpoche, por si quieres buscarlo en internet y conocer más sobre sus enseñanzas) que dice: “Tú puedes meditar en cualquier lugar y a cualquier hora, incluso 3 segundos o 2 segundos mientras vas caminando, tomando un café o té, e incluso, mientras estás teniendo una reunión del trabajo”.
La meditación no tiene la intención de estar perfectamente concentrado y no pensar en nada… en realidad, eso es imposible… imaginemos que tu mente es un mono, éste tiene la función de platicar y platicar, saltar y no parar. Muchas veces, ni siquiera nos damos cuenta de lo que dice, sólo lo creemos y listo… pues bien, la meditación se basa en darle “algo” en qué pensar a ese mono interior: “Poner atención a la respiración”, observar cómo entra y sale el aire, hacernos conscientes de nuestra existencia, de los sentidos, los pies que tocan el suelo, la ropa que toca nuestra piel o incluso los sonidos que podemos escuchar a nuestro alrededor. Es justamente por esto que nuestro amigo monje budista nos dice que podemos meditar en cualquier lugar y a cualquier hora.
Los beneficios de comenzar a tener atención plena del momento presente te sorprenderán, es justamente regresar al interior y buscar las llaves perdidas dentro de ti. Es un momento de encuentro contigo misma y disfrutar de la vida misma.
Para alcanzar este propósito, te recomiendo:
Encontrar un lugar tranquilo para hacer tu meditación.
Si gustas, puedes poner música de fondo que acompañe tu práctica.
Comienza por poner atención a tu respiración por unos momentos.
Haz un breve recorrido por todo tu cuerpo: ¿qué sensaciones percibes?
No te preocupes si te distraes (es totalmente normal), lo importante es que, cuando te des cuenta que el mono de la mente ya empezó a platicar, con gentileza y paciencia lo regreses a la concentración en la respiración.
Disfruta de la sensación de respirar y cuando termines, observa cómo te sientes y agradece el tiempo que te diste a ti misma.
(Si deseas, la meditación la puedes hacer mientras caminas o incluso, mientras comes algo, poniendo la atención de tus 5 sentidos en aquello que estás comiendo).
Propósito #3: Escucha activa de 5 minutos
Por último, pasemos a la dimensión social. Muchas veces los propósitos los vemos desde nosotros mismos, pero, ¿qué te parecería si destináramos uno de esos propósitos a mejorar nuestras relaciones sociales?
Este ejercicio o hábito parece muy pequeño, pero trae a la vida de quien lo practica un cambio sustancial de cómo nos relacionamos. El ejercicio consiste en escuchar activamente durante 5 minutos a la persona que elijamos (puede ser tus hijos, padres, amigos, compañeras… tú elige).
¿A qué te refieres con activamente?... ¡Excelente pregunta! Para poder realizar una escucha activa debemos:
Poner toda nuestra atención (cuerpo, mente y espíritu) en lo que la otra persona nos está diciendo (este es uno de los beneficios que puedes alcanzar después de meditar, ya que te ayuda a dirigir la atención de tu “mono de la mente” a la persona con la que estás platicando.
Escuchar no solamente con nuestros oídos, sino con todo nuestro cuerpo: Tener contacto visual y hacerle saber de forma no verbal que lo estamos escuchando.
Escuchar con una mente abierta, es decir, sin juicios, simplemente comprender su experiencia.
Hacer preguntas abiertas sobre aquello que nos está contando: En vez de preguntar: ¿te divertiste?, que automáticamente lleva a una respuesta cerrada: “sí o no”, podemos preguntar: ¿qué fue lo que más te divirtió?
Decir pequeñas frases reflejo para no dar lugar a interpretaciones, además de que le dará retroalimentación a nuestro interlocutor de que lo estamos escuchando.
En fin, espero que hayas disfrutado de este artículo y los tips que hemos platicado para hacer un 2019 diferente. En los comentarios del artículo, me encantará conocer tu experiencia con estos 3 propósitos que transformarán tu vida. ¡Hasta pronto!
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